Los productores de cine están suplicando que la gente dejen de robar su crédito, que dejen de pedirles que trabajen por nada y que, por favor, los inviten a las fiestas de los festivales. Esto es una pequeña muestra cuán desesperada es la situación para los productores.

Siempre se puede medir el valor de los productores a partir de su trato en los festivales de cine, pero este pasado año, los festivales lo llevaron a otro nivel. Los festivales solían dejar sus nombres fuera de la breve lista de créditos que publican en el catálogo o en la página web del festival, e invitaban al director pero no a los productores al festival, a menos que estuvieran desesperados por un panelista o un miembro del jurado.

Pero si te aparecías en el festival normalmente te darían una badge gratis para que pudieras ver algunas películas. Y tal vez te dejen pasar el rato por el escenario cuando llegue el momento de los Q&As. Ya no.

En el mundo de los festivales virtuales, los productores se han convertido en algo más evanescente, ya que la mayoría de los festivales dan solo un badge “virtual” a una película, y solo a los directores. Aunque algunos festivales como Sundance, DocNYC, Tribeca y SXSW lo han hecho mejor.

Uno pensaría que los directores de festivales, que entienden a la perfección lo difícil del trabajo de los productores porque ellos hacen muchas cosas parecidas en su trabajo, quisieran y se esforzarían por apoyarlos pero supongo que los directores de los festivales se ven a si mismos más como autores que como productores.