Son dos conjuntos de conversaciones que no tengo que tener todo el tiempo, con un director de fotografía o un editor. Sin duda, es más eficaz para mí. Y creo que es más eficaz para el tipo de producciones que tenemos en 2/4 Producciones.

Hay momentos, porque son conversaciones interiores, son conversaciones de yo-con-yo, que el crew está un poco a oscuras sobre lo que quiero y el por qué. Con el tiempo, puede llegar al punto en que me persiguen un poco por el set, pero (creo que) se han acostumbrado a eso. O eso al menos espero.

Si comenzamos a ensayar y hacer el blocking de una escena con los actores, el crew sabe que si me quedo en un lugar durante más de una cierta cantidad de segundos, probablemente ahí es donde voy a poner la cámara. Están leyendo mis movimientos para tener una idea de lo que se avecina.

Es por eso que creo sería difícil para mí regresar e insertar a alguien en este proceso. No porque no haya mejores personas en ambos trabajos, porque definitivamente los hay, es solo que la intimidad que tengo con los actores y la velocidad de producción funcionan muy bien para mí. Siento que al estar con la cámara tan cerca de los actores se siente como tener el teclado en mis dedos mientras escribo este blog.

Algo bastante importante para mi es el poder de improvisar con la cámara o con la edición. Es algo que me he podido dar cuenta que es parte de mi proceso artístico. En Tiempo Presente, estábamos filmando una escena con Silvia y Walther.

El plano era en Walther pero pude ver que Silvia se acercó a la ventana y justo en ese momento teníamos un atardecer entre los edificios y justo esta imagen creaba lo que estaba sintiendo el personaje de Silvia.

Entonces en plena toma me moví hacia ella.

Si alguien diferente a mi estuviera en la cámara en ese momento no estoy seguro que hubiéramos captado esto. O para cuando lo fuéramos a hacer, ya el sol no estaría en ese preciso lugar.