Marco Vélez Esquivia

March 11, 2021

¿Por qué odiamos tanto escribir?

Hace unos días hice un tweet donde dije que me gustaría que más amigos míos tuvieran blogs y hablaran de los temas que a ellos les apasiona, ya sea música, cine o hacer ejercicio. Pero la respuesta que más recibí por parte de ellos es que tuvieron blogs en algún momento pero que eventualmente lo dejaron a un lado.

De una pensé, wow. Teníamos mejores tiempos y ni nos dimos cuenta.

Creo que las redes sociales tienen algo que ver en qué ellos dejaron de tener sus blogs y sería súper hablar cómo las redes influyeron en qué lo dejaran a un lado. Pero hoy quiero analizar: ¿por qué la gente odia escribir y por qué la gente piensa que no puede escribir bien?

Yo creo que es en parte a estas 4 razones:

  1. No escribimos para nosotros mismos.
  2. No leemos por placer, no realmente.
  3. Nunca aprendemos a editarnos.
  4. Aceptamos el mito (de mierda) que escribir es algo artístico y que sólo ciertas personas lo pueden / deben hacer entonces lo que yo tengo que decir no es tan valioso.

Para mi, la primera razón es la más importante. Cuando escribimos ensayos en las clases de español o para las otras clases en el colegio, o para trabajos y parciales en la universidad, y luego emails, estudios y reportes en el trabajo, nosotros no somos los lectores finales de estos escritos.

Los escribimos para factores externos: calificaciones, publicaciones o para nuestros jefes. Simplemente no escribimos para nosotros mismos.

La curiosidad por comprender algo, el apego a ese tema, la alegría de compartir esta pasión, todas estas cosas maravillosas están enterradas profundamente dentro de nosotros. Pero como resultado de nuestra relación con escribir, nos ponemos muros mentales antes de comenzar a escribir. Y lo odiamos cada minuto. Le cogemos pereza.

Pero nosotros no somos perezosos. No somos estúpidos. Ni siquiera somos los culpables de por qué esto sucede. Los incetivos perversos que nos dan son los verdaderos villanos de esto. Desafortunadamente, esta es una batalla cuesta arriba. Ser consciente de lo absurdo de todo esto ya es bastante difícil.

¿Cuántas personas escriben ensayos con temas que a ellos les parecen divertidos e interesantes para la escuela y reciben elogios de sus profesores? No muchos, creo yo. Sin embargo, eso es exactamente lo que se supone que deben hacer los profesores para que nos interese aprender más de cierto tema que estamos encontrando fascinante, para ayudarnos en nuestro camino y para que nos sintamos realizados.

Yo creo que tuve buenos profesores, pero ellos tienen sus jefes a quienes complacer. En un colegio, los estudiantes no son los clientes, son el producto. Las cosas que se enseñan son para satisfacer los estándares que nos han puesto desde el gobierno, para transferir conocimientos intangibles a números tangibles (pruebas estandarizadas), y para mantener a los estudiantes ocupados con tareas y más tareas con el objetivo de volverlos buenos en sus aptitudes para esas pruebas.

Muchos de los profesores saben esto y no quieren forzar a sus estudiantes en este camino, pero lo tienen que hacer. Es por esto que cuando estamos en el colegio le cogemos pereza a los libros que la directiva del colegio elige para que leamos en vez de mirar hacia donde van nuestros intereses. Sólo son años después que le cogemos algo de interes a los clásicos.

No deberíamos buscar online por resumenes de libros y ensayos de otras personas para hacer nuestros reportes. No deberíamos pero lo hacemos. Y no es porque somos perezosos, es porque no tenemos libertad. Y esto sólo se vuelve peor cuando llegamos a la universidad, ya que la complejidad de los temas y la sobre-intelectualización de todo destruye nuestra resistencia interna.

Cuando somos niños nos encanta leer libros de cuentos, pero muchos dejamos de leer por completo unos pocos años después. ¿Por qué?

Nos quitan la libertad del tiempo y la libertad de sumergirnos en historias e ideas que nos llaman la atención. Y al suceder esto, obtenemos generación tras generación de personas que no van a leer porque quieren sino porque les toca. Entonces vamos a ver YouTube, vamos a chatear con nuestros teléfonos e incluso vamos a leer cosas en Instagram y Twitter. Porque es divertido para nosotros.

El interés por aprender a menudo proviene de cosas que encontramos divertidas. Los estudiantes ya no tienen ese lujo. ¿Quién tiene tiempo para pensar, cuando hay una docena de libros para memorizar para ese ensayo que hay que presentar al final de la semana?

En esto he estado pensando bastante ahora que soy tío. Entonces si eres padre o un estudiante, debes cuidar su / tu libertad con cuidado. No debes perder la conexión que existe entre diversión y aprender.

Si eso no es suficiente, tampoco nos enseñan a editar ni a valorar el proceso de edición. Normalmente esta es la última parte del proceso de escritura pero cuando debería ser la mitad del proceso. Esta es una habilidad valiosa para tener (es incluso un oficio para algunas personas). 

Es por esto que prefiero la comunicación que no es en tiempo real, porque me da tiempo de pensar lo que voy a decir. La escritura indica la claridad de pensamiento. Un punto sucinto y bien hecho es mejor que diez mediocres. Un blog bien escrito y al punto es mucho mejor que una tormenta de tweets.

La edición es importante, porque todo lo extra, toda la grasa extra molesta muchísimo. A Hemingway le pagaban mucho dinero porque no escribía una palabra innecesaria. Por otro lado, Charles Dickens escribía muchas palabras, porque sus ingresos estaban ligados al número de palabras que tenían sus historias.

Si tienes diez páginas de cosas importantes que decir, dilas en diez. Si solo necesitas cinco para demostrar tu punto, usar diez es horrible. 

A menudo no tenemos mucho que decir, pero tenemos que escribir mucho para poder racionalizar nuestro uso del espacio que nos dieron. ¿Cuántos libros no leyeron y en las primeras 30 páginas ya dieron el punto principal de todo pero todavía faltan otras 200 páginas de relleno y de circular el mismo punto una y otra vez?

Todo esto es para decir que escribir bien es un mito para muchos. De hecho, existen muchos mitos:

  • Escribir bien debe ser un talento.
  • Escribir es duro.
  • Escribir es aburrido

Estas cosas suelen ser ciertas si estás escribiendo la mejor novela de la historia. Pero, para vos, ese tipo de escritura porque no nos debe importar. Un amigo odia escribir para el trabajo, pero le encanta el anime, hasta el punto de que puede escribir fácilmente ensayos interesantes sobre ese tema.

Escribir bien es simplemente el resultado de practicar. Y si combinas eso con diversión, con una buena maestra, con dedicación y entusiasmo, tu mejoría en escribir está garantizada.

Mira mi caso. Yo no soy particularmente un buen escritor, ni me interesa serlo. Si, me publicaron uno que otro artículo en la Universidad. Escribí reseñas de cine  en una revista. Pero mis guiones no se van a ganar un premio por ser absurdamente bien escritos. 

Pero he encontrado placer en leer y en escribir porque aprendo nuevas cosas. Es mi forma de ver otros mundos y tener nuevos conocimientos.


Marco Velez Esquivia
marcovelez.co

About Marco Vélez Esquivia

Hey! Soy Marco Velez Esquivia, soy el fundador y CEO de LYNCH anima, creadores de las películas colombianas Tiempo Presente, Ultraviolencia, Sicosexual, Ruido y Afuera del Tiempo

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