Si has visto el programa Kitchen Nightmares del chef Gordon Ramsay, me imagino que has visto un patrón que sucede en el show.

Los menús de esos restaurantes que están en el programa ofrecen demasiados platos. Los propietarios de esos restaurantes pensaron que preparar todos los platos posibles les iba a ampliar el atractivo del restaurante para que la gente fuera a comer allí.

En cambio, resultó en comida que nadie quiere y les creó dolores de cabeza de inventario porque tenían que tener de todo por si acaso.

Es por eso que el primer paso de Ramsay fue casi siempre recortar el menú, generalmente de más de treinta platos a unos diez. Piénsalo por un momento. Su primer paso no fue mejorar el menú actual, lo que hizo fue recortarlo. Y luego se dedicó a pulir lo que quedaba.

Cuando las cosas no funcionan, nuestra inclinación natural es echarle más cosas al problema para solucionarlo. Contratamos más gente, le dedicamos más tiempo y le echamos más dinero al problema. Todas esas “soluciones” lo que acaba haciendo es agrandar más el problema. El camino correcto siempre es la dirección opuesta: recortar.

Así que haz menos. Tu proyecto no sufrirá tanto como temes. Tu carrera como actriz no va a sufrir tanto como crees. Tu carrera como Director de Fotografía no va a sufrir.

De hecho, es muy probable que termine aún mejor. Te vas a ver obligada a tomar decisiones difíciles y resolver lo que realmente importa. Lo que realmente quieres y no lo que crees que necesitas hacer.