Recuerdo que solía pensar que trabajar era pilotear en medio del caos.
Estrés, plazos imposibles de cumplir, trasnocho, inmediatez permanente para responder chats, correos y reuniones. Nunca me cuestioné si había una mejor forma de hacerlo, navegaba en la insatisfacción y me escudaba en pensar que ese era el trabajo, que por eso me pagaban y que eso era lo que todo el mundo vivía.
Poco a poco empecé a darme cuenta que había diferentes formas de hacer las cosas. Empecé a leer sobre metodologías de trabajo como Agile, Scrum, Shape Up (de Basecamp), Google Design Sprints, trabajo remoto, etc. Y empecé a probar y entender cómo cambiaban los resultados cuando se sacrificaban diferentes cosas que estaban impregnadas por defecto en la forma "tradicional" de trabajar.
Sin embargo, no fue hasta que llegué a mi actual trabajo donde realmente tuve un aha moment! y encontré un sistema que me demostró cuan diferente podía ser el resultado final (una de las más grandes lecciones de mi vida profesional). La forma de trabajar, a la que yo estaba acostumbrado, y esta nueva forma eran como agua y aceite. Me encontré con un sistema en el que:
Estrés, plazos imposibles de cumplir, trasnocho, inmediatez permanente para responder chats, correos y reuniones. Nunca me cuestioné si había una mejor forma de hacerlo, navegaba en la insatisfacción y me escudaba en pensar que ese era el trabajo, que por eso me pagaban y que eso era lo que todo el mundo vivía.
Poco a poco empecé a darme cuenta que había diferentes formas de hacer las cosas. Empecé a leer sobre metodologías de trabajo como Agile, Scrum, Shape Up (de Basecamp), Google Design Sprints, trabajo remoto, etc. Y empecé a probar y entender cómo cambiaban los resultados cuando se sacrificaban diferentes cosas que estaban impregnadas por defecto en la forma "tradicional" de trabajar.
Sin embargo, no fue hasta que llegué a mi actual trabajo donde realmente tuve un aha moment! y encontré un sistema que me demostró cuan diferente podía ser el resultado final (una de las más grandes lecciones de mi vida profesional). La forma de trabajar, a la que yo estaba acostumbrado, y esta nueva forma eran como agua y aceite. Me encontré con un sistema en el que:
- Había una única fuente de la verdad: Asana. Ahí todo el mundo podía ver las tareas por hacer, las prioridades y las dudas que existían además de hacer preguntas sin interrumpir a nadie.
- No teníamos ningún tipo de chat, toda la comunicación se hacía a través de tareas y comentarios en Asana y correo electrónico; inusual pero efectivo; es algo que incrementa el tiempo que se puede trabajar enfocado sin ser interrumpido con pedidos que no son la prioridad.
- No había reuniones en la agenda, estas eran el último recurso y no el primero, solo recurríamos a ellas cuando se habían puesto las ideas por escrito o en video y aún no se había encontrado una solución.
- No existían los deadlines, sí mucho por hacer y fechas tentativas en las que queríamos terminarlo, pero nada estaba escrito en piedra, simplemente teníamos claro cuánto tiempo le queríamos dedicar a algo, ni un minuto más ni un minuto menos.
Fue tal el cambio que viví que inmediatamente me enganché, me convertí en un fanático y obsesionado de optimizar y encontrar este tipo procesos. Era un sistema sencillo pero funcionaba bastante bien para nuestro contexto (un equipo remoto con ciertos integrantes part-time, y distribuidos por diferentes zonas horarias).
No estoy abogando para que todos adopten esta forma de trabajar, no obstante, creo que nos deja una importante lección:
¿Qué cosas estamos tomando por sentado que de cambiar podrían afectar radicalmente nuestra calidad de vida y del trabajo que hacemos?
En mi caso este nuevo sistema me demostró que no tenía porque trabajar bajo un constante estrés y que cuando todas las piezas están aceitadas la comunicación fluye y los resultados pueden ser muy buenos; fue como volver a nacer.
Y ese es el mensaje que quiero transmitir hoy: no den por sentado el sistema, todo es susceptible de mejora y optimización.
Hablo de sistema, pero me refiero a procesos, el status quo, las formas de hacer las cosas. Todo eso que nos vendieron con la imagen de "es así, es la única forma de hacerlo, siempre se ha hecho así".
Sean inconformistas. Piensen cada que vayan por la calle que todo lo que ven alguna vez solo vivió en la cabeza de alguien, y que ustedes pueden cambiar su realidad así como ese alguien lo hizo con la suya.
La formula es Observación + Experimentación.
Sean el detective que encuentra la pieza que falta en el rompecabezas y no tengan miedo probar diferentes formar de hacer las cosas, lo peor que puede pasar es que pierdan un poco de tiempo.
Ante la duda, cuestionen el sistema.