Hace unos días, tras la abominable experiencia de perder la partida guardada de Blue Prince (mi última obsesión) en el último puzzle del juego, me recomendaron jugar a Riven. Y yo necesitaba más puzzles.
Para nadie es sorpresa que los juegos de puzzles son uno de mis géneros favoritos, donde entran muchísimos de juegos predilectos, como Outer Wilds, Return of the Obra Dinn, Tunic, o el mencionado Blue Prince. Especialmente los puzzles que tratan sobre el descubrimiento y el aprendizaje, ya sea de cómo funcionan las reglas de un universo - ;;) - o descubrir a base de experimentación cómo funcionan ciertos mecanismos.
En la comunidad de juegos de puzzles, Myst es considerado una obra sagrada y el padre de los puzzles en primera persona de este tipo. Riven es su secuela. Ambos tuvieron remakes recientes totalmente en 3D, mientras que los originales eran point & click. Jugué a Myst y me decepcionó con creces. Tal vez fue una cuestión de expectativas, pero además de fácil, se me hizo extremadamente corto: Unas 5-6 horas para un remake de más de 30€. No, hombre, no.
Pero Riven no. Riven se ha ido derecho a uno de los mejores juegos de puzzles que he podido echarme a la cara.
Riven funciona sin explicarnos nada, todo a base de aprender interactuando. Ya desde primera hora se nos deja completamente atascados hasta encontrar una forma de avanzar. Pensé que este puzle era frustrante, pero en retrospectiva, te pone las botas que necesitas para cruzar este pantano: hasta la más pequeña nimiedad puede ser algo interactuable e importante.
Más allá de aquí, todo se nos va abriendo progresivamente y vamos resolviendo puzzles en diferentes lugares, realizando hallazgos y explorando lo que queda de este mundo.
Riven tiene varios (bastantes, de hecho) momentos de descubrimientos muy inesperados que son geniales de encontrar, y algunos de ellos requieren momentos en los que se te enciende la bombilla y todo hace clic en tu cabeza. Especialmente el puzzle final, el cual requiere poner a examen todo lo que el juego nos ha enseñado hasta ahora, y enlazar descubrimientos de todas partes del juego, que en mi opinión no podría ser mejor para un final de un juego así.
Después jugué al original, el cual es calificado como más difícil, pero lo consideraré café para muy cafeteros (y para los que quieran experimentarlo: primero el remake). Eso sí, tiene ciertos aspectos que me han gustado incluso más que en el remake, y ahora diría que para mí habría sido mejor remake si hubieran mantenido algunas cosillas del original. Pero no desmerezco para nada el remake.
Jugad a Riven. Da para pensar y para hablar después (aquí estoy yo haciéndolo unas semanas tras terminarlo).
Para nadie es sorpresa que los juegos de puzzles son uno de mis géneros favoritos, donde entran muchísimos de juegos predilectos, como Outer Wilds, Return of the Obra Dinn, Tunic, o el mencionado Blue Prince. Especialmente los puzzles que tratan sobre el descubrimiento y el aprendizaje, ya sea de cómo funcionan las reglas de un universo - ;;) - o descubrir a base de experimentación cómo funcionan ciertos mecanismos.
En la comunidad de juegos de puzzles, Myst es considerado una obra sagrada y el padre de los puzzles en primera persona de este tipo. Riven es su secuela. Ambos tuvieron remakes recientes totalmente en 3D, mientras que los originales eran point & click. Jugué a Myst y me decepcionó con creces. Tal vez fue una cuestión de expectativas, pero además de fácil, se me hizo extremadamente corto: Unas 5-6 horas para un remake de más de 30€. No, hombre, no.
Pero Riven no. Riven se ha ido derecho a uno de los mejores juegos de puzzles que he podido echarme a la cara.
Riven funciona sin explicarnos nada, todo a base de aprender interactuando. Ya desde primera hora se nos deja completamente atascados hasta encontrar una forma de avanzar. Pensé que este puzle era frustrante, pero en retrospectiva, te pone las botas que necesitas para cruzar este pantano: hasta la más pequeña nimiedad puede ser algo interactuable e importante.
Más allá de aquí, todo se nos va abriendo progresivamente y vamos resolviendo puzzles en diferentes lugares, realizando hallazgos y explorando lo que queda de este mundo.
Riven tiene varios (bastantes, de hecho) momentos de descubrimientos muy inesperados que son geniales de encontrar, y algunos de ellos requieren momentos en los que se te enciende la bombilla y todo hace clic en tu cabeza. Especialmente el puzzle final, el cual requiere poner a examen todo lo que el juego nos ha enseñado hasta ahora, y enlazar descubrimientos de todas partes del juego, que en mi opinión no podría ser mejor para un final de un juego así.
Después jugué al original, el cual es calificado como más difícil, pero lo consideraré café para muy cafeteros (y para los que quieran experimentarlo: primero el remake). Eso sí, tiene ciertos aspectos que me han gustado incluso más que en el remake, y ahora diría que para mí habría sido mejor remake si hubieran mantenido algunas cosillas del original. Pero no desmerezco para nada el remake.
Jugad a Riven. Da para pensar y para hablar después (aquí estoy yo haciéndolo unas semanas tras terminarlo).