Gabriel Chertok

March 16, 2021

Relaciones asimétricas de trabajo

No tenía pensado escribir hoy (hoy por el Domingo, esto lo escribí el Domingo) pero recién vengo del club y me pasó algo que creo vale la pena contar.

En el club al cual yo (no) voy las actividades se reservan usando una app, la app -que dicho sea de paso es horrible para la millonada que te cobran- te permite seleccionar las actividades y anotar a tu familia en ellas. Por ejemplo, si mi mujer y yo queremos ir con nuestro hijo de dos años a la piscina tenemos que anotarnos en determinado horario.

Así fue y hoy a las 5pm reservamos junto con mi cuñado y su mujer lugar en la piscina cerrada. Los cupos son limitados por razones obvias de pandemia, es más, en situación normal no hay que reservar nada. Allí estábamos cuando una señora, muy fina ella, quizo que sus hijas entraran a la piscina. El profesor que estaba a cargo le dijo que de 5pm a 6pm ya estaban todos los cupos ocupados pero que a partir de las 6pm había lugar.

La señora se enojó bastante y redobló la apuesta mandando en cana a un veterano que sí había sacado turno con su nieto aunque este último no era socio. Al final, discusiones aparte, nuestra amiga se fue al grito de que ella hacía 24 años que era socia y les dijo a las nenas que tenía a cargo que se metieran nomás, asegurándole al profesor que no iba a haber ningún problema. Las nenas encantadas.

Hasta acá la historia que no es para indignarse, si no una excusa para charlar alguna cosa más profunda sobre las dinámicas que se dan en el trabajo.

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En cualquier trabajo, darle la responsabilidad a un empleado de cuidar el cumplimiento de una directiva contra sus propios empleadores es la receta para el fracaso y es harto probable de que la misma no se cumpla, ya sea porque quien la debe hacer cumplir no tenga el coraje de hacerlo -quién lo tendría si peligra su laburo- o porque las consecuencias de no cumplirlas son nulas.

Esto fue lo que pasó hoy. Una señora muy copetuda que sabe que no cumplir una norma no tendrá ninguna consecuencia sobre ella ya que es ella misma (y todos los demás socios) los que de alguna manera pagan los sueldos, y un profesor de piscina que no se le paró de punta a su empleador, porque obviamente lleva todas las de perder.

Esto me hace acuerdo de que las relaciones de trabajo son tan dispares, que pretender que no existen las diferencias entre empleador y empleado, o entre socio de club y profesor de piscina, es por lo menos naif. En mi trabajo por ejemplo me toca ser uno de los socios accionistas, por ende todos los que trabajan allí me ven como uno de los jefes y aunque yo trate muy fuerte de no hacer diferencias las diferencias están allí.

Cuando yo pido algo en mi calidad de cabeza técnica del equipo, también lo pido en mi calidad de jefe aunque no quiera, aunque lo que pida esté fuera de mi área, tenga menos prioridad, o lisa y llanamente carezca de sentido. Tengo que entender que mis compañeros de trabajo van a sobre-priorizar mis necesidades simplemente porque las pido yo, o van a callar sus opiniones porque soy yo con el que hay que antagonizar.

No sé cuál es la solución a este problema, algunos dirán que generar confianza en el equipo, otros prefieren mover los procesos hacia herramientas automatizadas y otros directamente preferirán trabajar en organizaciones más jerarquías donde estas posibilidades de choque son remotas. Todo es válido, pero yo creo que una de las cosas más importantes es demostrar con actitudes que las reglas aplican a todos, sobre todo a nosotros.

Lo mejor que podemos hacer si nos toca ser jefes es además, actuar como líderes. Al contrario de una jefatura la cual se otorga, el liderazgo se gana y renueva cada día. El protagonista de nuestra la película siempre es uno y por ende es muy fácil pensar que somos los que estamos más tapados de laburo y nos "merecemos" un fast track de tal o cual informe, o prioridad sobre un recurso. En realidad esto es un error de percepción.

La dura realidad es que nuestros problemas son más o menos los de todos nuestros compañeros de trabajo, pero nuestras actitudes mucho más influyentes a la hora de modelar la cultura de la organización. Actuemos en consecuencia entonces y no seamos la rubia del gimnasio que le dice a sus hijas que se metan en la piscina sólo porque puede.

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👋 Hasta la próxima

PD: Estuve a 5 minutos de ponerme filosófico y hablar de cómo la actitud de esta señora es un reflejo de lo que percibimos como libertad vs. lo que la libertad realmente es. Nuestra sociedad fue corriendo el eje de lo que creemos es la libertad: hacer lo que yo quiero vs. lo que realmente es: el derecho de hacer lo que quiero respetando la ley y los derechos ajenos. Por suerte resistí esa tentación.