En el programa de este año hemos hecho un caso de uso, de los que hacemos en grupo durante la clase, que buscaba elaborar conjeturas sobre motivos para pagar X/Twitter.
Lo conectamos con la propia demanda de la gente que lo usa, reflejada en hilos que el propio Elon Musk fomentó cuando compró la empresa.
Me ha parecido interesante, en este contexto, el comentario de Josu Goñi en un hilo con David Pardo, donde el algoritmo se convierte en un motivo.
EL ALGORITMO es un buen ejemplo de software como caja negra: tanto por todo lo que tiene de opacidad, como por lo que tiene de poco control sobre su comportamiento. La cantidad de veces que lo nombramos es inversamente proporcional a nuestro conocimiento sobre cómo funciona.
Pero es que encima también parece inversamente proporcional a los motivos, porque no se suele mencionar. En nuestro ejercicio no apareció. Si es el protagonista, ¿no debería ser una línea clara en la invención de producto? Si surge una nueva red social alternativa, ¿no debería poner en el epicentro de su estrategia algo relacionado con cómo nos relacionamos con el algoritmo y nuestro control sobre él?
En otros productos digitales las líneas temáticas relacionadas con la privacidad y la capacidad de control se han ido convirtiendo en claras propuestas de valor. En Bluesky han empezado a orientar sus mensajes alrededor de este tema, precisamente proponiendo más algoritmo para resolverlo: haz tus propios feeds en vez de depender de algo ajeno. ¿Resolver el algoritmo con más algoritmo?
Lo conectamos con la propia demanda de la gente que lo usa, reflejada en hilos que el propio Elon Musk fomentó cuando compró la empresa.
Me ha parecido interesante, en este contexto, el comentario de Josu Goñi en un hilo con David Pardo, donde el algoritmo se convierte en un motivo.
EL ALGORITMO es un buen ejemplo de software como caja negra: tanto por todo lo que tiene de opacidad, como por lo que tiene de poco control sobre su comportamiento. La cantidad de veces que lo nombramos es inversamente proporcional a nuestro conocimiento sobre cómo funciona.
Pero es que encima también parece inversamente proporcional a los motivos, porque no se suele mencionar. En nuestro ejercicio no apareció. Si es el protagonista, ¿no debería ser una línea clara en la invención de producto? Si surge una nueva red social alternativa, ¿no debería poner en el epicentro de su estrategia algo relacionado con cómo nos relacionamos con el algoritmo y nuestro control sobre él?
En otros productos digitales las líneas temáticas relacionadas con la privacidad y la capacidad de control se han ido convirtiendo en claras propuestas de valor. En Bluesky han empezado a orientar sus mensajes alrededor de este tema, precisamente proponiendo más algoritmo para resolverlo: haz tus propios feeds en vez de depender de algo ajeno. ¿Resolver el algoritmo con más algoritmo?