Vuelvo de noche a casa y me encuentro con un carrito de supermercado en mitad de la calle. Su soledad me hace pensar en las cosas fuera de lugar. En los cuerpos extraños. En las reglas que regulan la geometría de lo cotidiano.

A pocos metros, una hilera de contenedores de basura arropa las aceras. Ellos ya no son cuerpos extraños, aunque hubo un tiempo en que sí lo fueron. Como esos edificios que se han adueñado del paisaje que queda a mis espaldas. Todo empezó en un descampado, desalojado ya de su forma anterior, y algunas hormigoneras batiendo las primeras semillas. El primero que se puso en pie, como un gigante en un reino que aún no le pertenece, todavía era un cuerpo extraño. Como los patinetes eléctricos que ahora ya son nuestro asfalto diario.

Veo que Zappos apela a lo raro como parte de su cultura. Create Fun and A Little Weirdness es el tercer valor de diez, diez mandamientos tallados en el ajetreo digital. A lo mejor en Zappos ponen carritos de supermercado en mitad de los pasillos. Tienen claro que con el cuerpo extraño abres una puerta a lo desconocido. «A little» es como decir un cuarto de cuerpo extraño, una brizna, un pellizco, una chispa, un ápice, un arrapo. Como cuando algo se te mete en el ojo y descubres que el ojo sano no te lo mostraba todo y que lo que llamabas realidad era solo el tamiz de una lente.

Leo en un portal de medicina: Normalmente el organismo se «defiende» perfectamente ante este tipo de agresiones mediante el parpadeo, el «entrecerrado» instintivo de los ojos y el fruncimiento de ceño, que provoca una tormenta de arena, una racha de viento u otro accidente de este tipo. Sin embargo, en ciertos casos, los cuerpos extraños logran atravesar esas barreras naturales para alojarse en el ojo. Zappos quiere esa ligera racha de viento que refresca y anima. Zappos es también un cuerpo extraño entre las empresas.

Llego a la estación de tren y voy al aparcamiento de bicis que encuentro lleno de motos. Mi primera reacción es pensar que son cuerpos extraños, pero en seguida me doy cuenta de que soy yo. Me toca buscar otro aparcamiento. Para la bici y para mí.